La técnica de trasmisión de energía vital mediante el uso de las manos para aportar tranquilidad trae beneficios para todo tipo de personas, sin distintos de sexo ni de edad, por lo cual tiene sentido retomar algunas de su potencialidades para impartir el reiki para bebes, quienes absorben esa energía de manera innata.
De este modo, la forma más natural para llevarlo a cabo es direccionándolo desde la madre a su criatura dada la manera en que trata a su bebé cuando lo carga, lo toca o lo acaricia, ya que esta técnica oriental favorece la trasmisión de una energía luminosa facilitando una comunicación constante entre ambos, aprovechando que los bebés son como esponjas que absorben los estados emocionales de su entorno.
Dada la inocencia de los bebés puedes están libres de los prejuicios que muchas veces te afectan a ti como adulto, lo cual es aprovechable para que la energía que deseas trasmitirle fluya sin impedimentos y sin temores. Por otra parte, debes adaptar las sesiones de acuerdo con su capacidad de quedarte quietos mientras se les colocan las manos, siendo a veces preferibles esperar a que se duerman.
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Reiki para bebes que no duermen
El reiki aporta equilibrio glandular al organismo, por lo que si el bebé se muestra intranquilo o no se duerme, cuando le trasmitas tu energía se tranquilizará y poco a poco verás que se relaja hasta dormirse plácidamente una vez inicies la sesión, que en ellos no debe extenderse más de diez minutos.
Para dejar que la energía fluya, basta con poner las manos sobre el cuerpo del bebé mientras visualizas que de ellas emana una luz color rosa, tranquila y calmante. Aunque la criatura esté inquieta, debes guardar la calma y evitar desesperarte, sólo así lograrás que se relaje. Si estás alterada, es mejor no hacer el ejercicio, ya que las energías que podrías trasmitirle no ser las más adecuadas.
Reiki para bebes recién nacidos
El primer paso para recibir reiki inicia desde el embarazo, trasmitiendo esa energía al abdomen donde gestas a tu bebé. Notarás que al colocar tus manos sobre el vientre el canal se activa de manera automática, sintiendo el calor en las manos, pudiendo percibir de esta manera si tú o la criatura necesitan el reiki.
Mediante esta íntima relación madre e hijo la energía se activa cuando se requiere, dando indicios sobre la falta de equilibrio, que puede darse a nivel emocional, físico, espiritual o mental. Si el bebé se muestra inquieto, puedes hacerle reiki mientras lo amamantas.
En caso de que le de fiebre o se enferme, aplicarle la técnica del reiki logrará bajarle rápidamente la temperatura y le elevará sus defensas al estimular su sistema inmunitario, eliminando las emociones bloqueadas que provocan las enfermedades aliviándole el malestar y acelerando su proceso de curación.
Reiki para bebes con cólicos
Si aplicas reiki en tu bebé sobre el estómago y sobre la zona donde se ubican los riñones, podrás percibir cómo se movilizan los gases en su interior ayudándole a evacuar con mayor rapidez y sin dolor. El alivio que sentirá tu criatura será muy rápido, notando que vuelve a la calma, logrando evacuar con tranquilidad.
Cuando vayas a aplicar esta técnica en tu bebé debes tener presente algunas sugerencias básicas que te ayudarán a prepararte y recibir tú misma la energía que deseas trasmitirle:
- Ubicarte en tu centro. La realización de esta práctica requiere que estés de muy buen humor y dispuesta a desarrollarla, ya que los bebés son muy sensibles a la energía e intencionalidad de las acciones que se realicen hacia ellos.
- Pide su autorización. Cada vez que vayas a ejercer esta trasmisión energética tienes que solicitar su permiso, lo cual puedes hacer mentalmente. Dada la cercanía y conexión que tienes con tu bebé debes estar preparada para recibir como respuesta una mueca, un sonido, algún movimiento de su mano, de su pie o una sonrisa espontánea.
- Comienza la sesión desde el corazón. Aunque la energía se envía a través de las manos, los sentimientos de tranquilizad, amor, paz y seguridad emanan desde tu interior, los cuales mediante vibraciones pueden llegar hasta tu criatura. De ese modo estás tomando la energía del universo, que recorrerá tu interior y pasará a tus manos hasta llegar a tu bebé.
- Comunícate mentalmente. Plantéate afirmaciones, palabras que usualmente compartes con el bebé deseando que duerma bien, que se mejore, que lo quieres, con ellas complementarás el momento de conexión entre ambos potenciando la energía mientras te concentras más en lo que estás haciendo.
- Siente la diferencia. Toma nota de los avances, comportamiento, experiencias o efectos más visibles que percibes en tu bebé al aplicar esta técnica sobre él; en qué momento del día lo disfruta más. Al anotar esos detalles podrás revisarlos cada vez que lo necesites.
- Duración de la sesión. Aunque no se establecen de antemano límites de tiempo, es usual que al cabo diez o quince minutos los bebés ya muestren un cambio en su comportamiento, que demuestran sonriendo o moviéndose.
- Relájate. Déjate llevar por el sentimiento que comparten, la relación que se está fortalecimiento y por tu intuición. Disfruta ese momento de calma y amor permitiendo que sea ese momento especial el que dirija la sesión.
Poco a poco irás aprendiendo a percibir los momentos en que el bebé requiera de estas sesiones, las cuales aportarán beneficios para los dos. Recuerda que puedas practicarlas durante su baño o mientras lo amamantas, pues la conexión entre ambos durante sus primeros días de vida te brindará diversas ocasiones para profundizar su relación.
Por otra parte, no te preocupes pensando si debes o no utilizar los símbolos del reiki para bebes mientras realizas estas prácticas, la generalidad indica que la pureza de estas criaturas no lo amerita, pero si decides hacer uso de ellas tampoco será contraproducente, sobre todo si los implementas por razones de salud de tu criatura y eso te aporta tranquilidad. Sólo recuerda relajarte y ¡disfrutar esos momentos!
